En Navidad celebramos el nacimiento del Hijo de Dios y, con Él, renace en nosotros la bondad, la humanidad y la capacidad de perdonar y amar, recuperando nuestra dignidad de hijos e hijas de Dios.

Esa dignidad, que nos hace iguales, se quiebra cuando dejamos de reconocer la de los demás: cuando vulneramos sus derechos, limitamos su libertad o miramos hacia otro lado.

Tener una vida digna, acceso a los derechos humanos, vivir en paz, con seguridad, hogar, empleo, educación y salud no debería depender de la suerte.

Por eso, en Cáritas queremos una Navidad en la que vivir con dignidad sea una elección, no un azar; una Navidad que nos lleve a tomar conciencia y a preparar de verdad nuestra casa, más allá de decorarla.

Esta Navidad renazcamos, como Jesús, en los brazos del otro, dejémonos abrazar, compartamos un hueco en nuestra casa, en nuestro corazón, en nuestro sofá... porque “HAGAMOS QUE TENER UNA VIDA DIGNA DEJE DE SER CUESTIÓN DE SUERTE”.

Desde la Hermandad os pedimos que seáis generosos y ayudemos a los más necesitados.